Durante los días calurosos de verano, la piscina de una comunidad se transforma en un lugar muy apreciado. Sin embargo, el uso de este espacio puede dar lugar a conflictos, especialmente cuando hay inquilinos que tienen deudas con el propietario. Este tema, que combina aspectos legales y de convivencia, es fundamental y suele generar debate. En VDV Inmobiliaria explicamos los aspectos legales relacionados con esta situación.
¿Puedo usar la piscina si tengo el piso alquilado?
La posibilidad de que un inquilino utilice la piscina comunitaria dependerá del acuerdo establecido entre el arrendador y el arrendatario. Si el contrato de alquiler incluye el derecho a usar la piscina, el inquilino podrá disfrutar de ella. De lo contrario, el acceso a la piscina estará reservado al propietario del inmueble.
Generalmente, ambos no pueden utilizar la piscina simultáneamente mientras dure el arrendamiento, a menos que los estatutos de la comunidad dispongan lo contrario, permitiendo a ambos disfrutar de las instalaciones siempre que se respeten las normas establecidas.
Si un inquilino viola las normas de uso de la piscina, la comunidad de propietarios puede exigir responsabilidades al propietario del inmueble. En casos graves, podría incluso iniciar acciones legales contra el inquilino.
¿Puede un inquilino disfrutar de la piscina comunitaria?
El arrendatario tiene derecho a utilizar no solo el inmueble, sino también las áreas y servicios incluidos en el arrendamiento, como el trastero o la plaza de garaje. Esto se establece en el artículo 2 de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), que menciona que las normas de arrendamiento se aplican a todos los espacios y servicios proporcionados junto con el alquiler.
Por lo tanto, si el contrato de alquiler concede el uso de la piscina al inquilino, éste podrá usarla. Si el propietario no ha cedido este derecho, sólo él podrá acceder a la piscina, lo cual puede ocurrir si el propietario no cuenta con una piscina en la comunidad.
¿Es posible prohibir el uso de la piscina a los inquilinos morosos?
La jurisprudencia sobre la prohibición del uso de la piscina comunitaria para inquilinos morosos es reciente, ya que la Ley de Propiedad Horizontal se modificó en 2022 para permitir tales restricciones. Según el artículo 21 de la LPH, la junta de propietarios puede imponer medidas contra la morosidad, como el cobro de intereses adicionales o la restricción temporal de acceso a ciertos servicios o instalaciones, siempre que estas medidas sean justas y no perjudiquen la habitabilidad del inmueble.
Si se restringe el acceso del propietario a la piscina debido a deudas, esta restricción también se aplicará al inquilino, ya que los derechos del inquilino están condicionados a los del propietario. No obstante, la limitación del uso de la piscina no afecta a la habitabilidad de la vivienda, a diferencia de otras instalaciones esenciales como el ascensor.